Francesc Andreu Martínez Gallego y Antonio Laguna Platero, miembros de AsHisCom, editan la obra titulada "Sangre, miedo y evasión: el sensacionalismo periodístico en España", publicada por Editorial Fragua dentro de la colección Biblioteca de Ciencias de la Comunicación.
El periodismo, en tanto que actividad comercial que subsiste gracias a la venta de sus resultados a un público que paga por su consumo -al menos, así fue en los dos últimos siglos-, tiende igualmente al sensacionalismo casi como una ley física. Es una deriva que se explica por la necesidad ineludible de competir, pero también por el alto grado de interés que despierta entre los receptores. Lo entendieron perfectamente aquellos predicadores que describían con todo lujo de detalles los martirios del infierno para asegurarse un amplio grupo de seguidores.
El sensacionalismo forma parte de la misma esencia del periodismo moderno y resulta clave para entender su desarrollo. El todo por la audiencia que proclaman hoy muchos medios de comunicación es un mero trasunto del verdadero principio que mueve la comunicación actual, el todo por cautivar al público.
El sensacionalismo no es solo una estrategia discursiva, un relato sorpresivo de impactante repleto de elementos provocadores y morbosos. Es casi un seguro de vida para el medio de comunicación, una garantía de que su volumen de público se incrementará. El morbo del peligro, de la muerte o del sexo, el gozo de ver el ridículo del que fracasa, la risa que produce contemplar la caricatura del que manda o el estupor de quien conoce la catástrofe vecina, están en la base de los grandes éxitos de comunicación. Lo avalan los espectáculos donde la muerte está presente, desde las ejecuciones públicas hasta las corridas de toros, siempre con asistencia elevada de personas. Y lo ratifican los muertos, ya sean por accidente o por asesinato. En todos estos casos, el resultado será siempre un aumento de las tiradas, un crecimiento de la oferta de cabeceras y un desarrollo del periodismo en todas sus vertientes.
Y claro, si el modelo funciona, por qué no seguirlo.
Este libro recoge todas estas claves y las sitúa en el terreno de la historia para explicar su forja y su evolución. El resultado es un conjunto de estudios cuyo sumatorio final permite entender cómo ha sido el sensacionalismo periodístico en la España contemporánea.